Yacer o ya -ser. Comentario de la obra


“Yacer o Ya ser” de Clap! mudanzas escénicas con Ariana Andreoli como bailautora y directora,  presenta una danza osteológica donde los huesos son los protagonistas. Esta danza nos habla en clave de auto ficción sobre las relaciones familiares, la fragilidad del cuerpo y lo efímero de la vida. 

La puesta en escena de este intenso trabajo artístico, viene a poner en duda magistralmente lo que se conoce como saber y verdad.  Es necesario preguntarnos si ¿estamos aquí?

Esta obra está compuesta por un dueto de bailarina y músico, dos cómplices imbuidos en la faena de un espectáculo irreverente y filoso que encuentran un espacio lúdico para experimentar y desafiar las técnicas y fronteras propias entre  las disciplinas. De gestación patafísica, la obra propone un juego, uno que exige ir redescubriéndose con una nueva  mirada, con rastros de textos y los  huesos, como motor de lo que acontece.

La biografía de la bailarina, la historia de su familia, hechos de la realidad son tomados como punto de partida para un  relato ficcional y tratados como información suministrada por los huesos encontrados en una exhaustiva indagación de  los cajones, placares y estantes de la casa de los abuelos.

La ‘Patafísica, nombre de la ciencia que no figura en  las universidades y se escribe así, con un apóstrofe antes de la primera letra, por puro capricho de su padre fundador, habla de eso, de ejercitar la mirada en busca de la rareza que reside en lo cotidiano, a sabiendas de que lo extraordinario está allí, listo para ser descubierto.  Esta es la ciencia de los estudios imaginarios. Así definió Alfred Jarry a la patafísica.

Lo insólito, lo impensable, está en todos lados… si uno entrena el ojo patafísico para hallar lo extraordinario en lo vulgar, logra unirse a la filosofía alternativa que es, para muchos, una forma de vida.  Vivir en la provocación,  construir una realidad paralela,  es la licencia que toma cuerpo en la danza  cuando Ariana Andreoli abre su maleta de huesos, de historia, de ella, con tanta libertad que invita a imaginar y jugar fuera de toda imposibilidad.

Cuestiona todo el tiempo el juicio y la lógica sobre las cosas,  van apareciendo los familiares de la bailautora, “Arianita” es un torbellino,  es vital, inteligente, libre y audaz. Esta obra nos despierta como espectadorxs a un submundo de posibilidades no pensadas,  a contemplar todo tipo de caminos como la reencarnación,  rompe la solemnidad y pone en cuestión el luto o la tristeza. Y cuestiona ¿Todo querés entender?

Cada apoyo y articulación involucra un movimiento y este un sonido y un gesto y viceversa. Con plasticidad y desparpajo, desafía ritmo y gravedad, leyes de todo tipo, para sonreír y ser danza y relato y música. Lo sonoro de su hacer combina cambios en la voz, volumen y niveles de intensidad, va evidenciando estados de ánimo, sentimientos, angustias y alegrías. Libera melodías expresivas sin fijar el tono,  no  hay monotonía sino pequeños  sonidos graves y agudos que se suceden, se abren paso en el espacio.

La disposición de los elementos de la escenografía, no respeta simetrías, y auspicia movimientos y acciones en los ángulos extremos de la sala, estratégicamente iluminados.

Buscar lo insólito y lo extraordinario obliga a distinguir lo que se ha vuelto estándar y "normal", por costumbre o por mandato. Estudiar lo inútil permite comprender lo que una sociedad considera valioso e indispensable. El arte tiene esa capacidad, poner patas arriba la normalidad por un rato y sacudir conceptos, que mejor que la danza y la música para no dejar nada como está.


Más de la obra:

Gestación

Patafísica de una Dramaturgia de Autoficción

Huesos. 206 piezas,

pistas, rastros, y múltiples combinaciones.

Huesos, calcio.

Calcio el gran constructor del mundo. En los huesos la vida y la muerte al

mismo tiempo, alimentándose una a la otra.

MIERDA! Algo tan

inevitable como la muerte, la vida.

¿Será esto una

danza medicina?



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Dirección y

Bailautora: Ariana Andreoli

Composición Musical

e Instrumentista (Arpa, Guitarra, Objetos): Pablo Behm

Tema Musical “El

Velorio de Don Goyo”: Lula Fernández

Escenografía

Iluminación: Nathalie Oger

Asistencia de

Sonido: Franco Fariña

Realización de

Vestuario: Vivi Lucca

Fotografía y Diseño

Gráfico: Santiago Mondéjar

Asistencia

Multimedia: Ivet Kuschevatzky

Prensa Difusión:

Guadalupe Pedraza

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