*Reflexiones::Cabeza en andanzas, apuntes para pensar::


Creo que la demanda pensar y accionar, primero uno y luego otro, unir el pensamiento a la acción, pensar la acción realizada, y pensar que estoy accionando. 
Si algo estaba planteado de manera clara era esto de pensamiento y acción.
Independientemente que
para la mayoría del público las conferencias pasen desapercibidas, hay un empeño en destacar lo poderoso que son estos momentos en las jornadas, festivales, étc. 
Porque al comunicar una pasión, un desvelo, una duda que carcome y lleva noches y días de semanas largas, meses y hasta años, pensando y accionando, en la búsqueda de conocer y aprehender un acto, un fenómeno, un hecho, un personaje realmente, contiene una energía poderosa.
El hecho de que se disponga en la programación unos momentos y unos espacios para la divulgación de investigaciones y saberes teóricos, espacios para la discusión y el debate es un acto de enorme generosidad para con quienes realizan las producciones intelectuales y para la comunidad donde se presentan. El conocimiento es una herramienta poderosa, necesaria, como una éxtasis para las neuronas, para dejar de mirar nuestro ombligo y meterse en otros paisajes, otras historias.
Los buscadores intentan una manera de acercar al cuerpo del otro lo que vienen aprehendiendo, la posibilidad de contarlo los desafía a la vez que los motiva, se genera una articulación, un vínculo imposible con el afuera, con el público. Un vínculo que parece ligado a una utopía, que otro recorra mis pasos, retome el camino, y pueda saborear y deglutir, de-construir y seguir compartiendo y así. 
Las charlas son siempre fuente de inventiva para ambos interlocutores, y sugieren nuevas ideas, permiten conocer y analizar otros sistemas, suponen "a priori" un ejercicio pemanente de imaginación.