Córdoba/ Argentina/ Bolivia
Cuando el teatro corre sus fronteras, por Guadalupe Pedraza
Cuando el teatro corre sus fronteras, por Guadalupe Pedraza
Pasó por varias ciudades de nuestra Argentina, Cesar Brie, en Córdoba
presentó El árbol sin sombra. En el momento posterior a ver la obra. Me
quedo en silencio, atino a aplaudir solamente cuando lo veo volver, al actor, que se ha ido del escenario, camina naturalmente, y dice que el
documental se puede adquirir y que el dinero recaudado es para las
familias de las víctimas. Respiro hondo.
![]() |
Foto Gentileza Alternativa Teatral.com |
El Hades. El cuerpo. Muertos hablando. Datos, nombres y
fechas, hechos, causalidades, situaciones. No sé que palabras usar para
contar lo que va trayendo al escenario Brie en su espectáculo. El dolor,
el propio, el ajeno, el dolor acaso compartido, la compasión, la
piedad, la prudencia, la cobardía, “ya” esa palabrita que por todo “si”
utilizan en Bolivia. “Argentino de mierda”, la xenofobia, la mujer, la
compañera, “como no me quede en casa pero luego digo no…menos mal que
vine al menos estamos sufriendo juntos…(con mi marido)” y así, partes de
la obra, me resuenan y me siguen emocionando. Me digo qué difícil va a
ser escribir sobre esto.
“¿Por qué mi casa está vacía?”
El trabajo con el texto, lo que me dice, porque lo dice,
como lo dice, me invade, me es una pisada en el pecho. La historia
particular del artista se involucra en la historia del Otro, no es una
denuncia, va más allá, es militar la verdad, no es una ficción, es una
construcción orgánica y metafórica de algo que sucedió y de lo que
desencadenó en todos, y de lo que generó este hombre metido hasta la
frente en el barro de la tragedia. Así nos ingresa también a los
espectadores, nos abre la puerta al inframundo donde los muertos cuentan
que han existido, recuerdan que tienen hijos, le susurran a su esposa
que se case con alguien honesto.
Desde la disposición del público, que en Córdoba no solo
tuvo a un grupo de personas sentadas en el escenario como en otros
escenarios del país, sino que también contuvo a varias personas en el
“gallinero” que veían desde arriba el espacio mágico del que entraba y
salía el actor para hablar él mismo como protagonista o para hacer
hablar a través de él a los muertos.
Este “entrar” nos va llevando a conocer justamente lo que
los medios tergiversaron, escondieron, donde gobierno, médicos y
policías son cómplices y mienten, amenazan, torturan y matan.
En El árbol sin sombra el actor sorprende por la calidad de
concentración que presenta antes, durante y después de la obra,
sorprende porque la densidad y naturaleza de sus palabras nunca se
pierde, y él puede salir de esa atmósfera para decir “problemas
técnicos” y casi no es un problema.
El arte ha tomado un compromiso, ha denunciado, sí, ha
criticado, sí, ha dado a conocer, si, pero también ha intervenido en la
realidad, en el curso de los procesos políticos, sociales, culturales
del conflicto, y estos se han hecho carne en él, en este actor, en este
director, en este dramaturgo.
Me permito y me atrevo y digo el teatro no es un piropo. No
es una flor, no es un telón. Es un corazón latiendo. Eso es el teatro.
Sostener el corazón latiendo en la mano frente a todos, aun cuando la
muerte está amenazando, cuando el placer está esperando que te olvides.
Yo me pongo a hacer teatro. A juntar piezas rotas, dejadas a un costado,
de nuestra historia, de lo que somos, para homenajearlas, volverlas
ritualmente a la vida. El teatro es un ritual mágico. No es para
agnósticos.
Los iconos que Cesar Brie toma para su trabajo gozan de buena salud,
de gran belleza, los vestidos colgando, el balde con agua y la ropa
mojada que va arrojando, la bolsa de harina de maíz que pende y luego es
rota con un cuchillo, la pistola que es disparada, la tela roja que
hace bailar.
Podríamos nombrar más, mucho más pero no tendría sentido
porque esto no es un análisis semiótico de la obra, es apenas una
reflexión de un artista que recién empieza sobre un trabajo de otro
artista que ha madurado y dado un salto cualitativo, no por la cantidad
de premios y reconocimientos, que los tiene, sino por haber logrado una
excelente y profunda obra de arte a partir de su propia arriesgada y
comprometida acción de denuncia política y social.
::Notas con Cesar Brie::
::Notas sobre El árbol sin sombra::
::Notas sobre Cesar Brie::